domingo, febrero 06, 2011

Acoso cibernético: El mal del siglo

El acoso y el maltrato de pares son un grave problema, en los últimos años una nueva modalidad ha surgido y es el bullying cibernético.

En el contexto de las nuevas tecnologías de comunicación han surgido modalidades diferentes que sirven para el mismo fin: Maltratar a otros.

Actualmente, se habla de "ciberbyllyng" (acoso utilizando internet) y "bullying tecnológico" (acoso que incluyen otras tecnologías como el celular, por ejemplo).
Hacia una definición del problema del acoso

Lucia Helena Saavedra, directora cultural de la Asociación Brasileña de Psicopedagogía define el bullying como el "comportamiento agresivo entre pares, o sea, entre personas que ocupan papeles semejantes en diferentes situaciones de la vida social".

Lo que hace vulnerable a las víctimas de bullying es que necesariamente tienen que compartir con sus victimarios. De alguna manera, la misma relación posibilita el acoso y el comportamiento agresivo.

El bullying supone una agresión física o psicológica constante y premeditada, directa o indirecta, sin un motivo evidente que provoque dicha acción.

En el bullying hay tres actores posibles:

* Los agredidos, a merced de sus victimarios e imposibilitados de hacer algo.
* Los agresores, que en muchos casos, paradojalmente, han sido o son víctimas de violencia.
* Los testigos, que con su pasividad posibilitan la agresión.

Formas de actuación del bullying tecnológico

Con el acceso de la tecnología se presentan múltiples formas de agresión que sólo se encuentran limitadas por la pericia tecnológica de quienes tienen un comportamiento agresivo. El sitio web especializado en este tema Ciberbullying menciona algunas de las maneras como se manifiesta el problema, por ejemplo, con Internet:

* Colgar en Internet una imagen comprometedora (real o fotomontaje).
* Poner en algún sitio público como Facebook o algo similar informaciones que puedan perjudicar o avergonzar a la víctima.
* Iniciar una campaña en Internet, con foto incluida, para elegir a la persona más fea, más tonta, más inútil, etc. e intencionalmente cargar puntos para hacer que el "elegido" como víctima aparezca en primer lugar.
* Crear un perfil a nombre de la víctima, en redes sociales, donde se presenten supuestas confesiones en primera persona de situaciones que avergüencen a la persona.
* Realizar comentarios ofensivos en foros o participar agresivamente en chats haciéndose pasar por la víctima, de tal forma que las personas reaccionen en contra de la víctima elegida.
* Publicar la dirección del correo electrónico invitando a desconocidos para que dicho individuo sea víctima de correo basura o de acoso.
* Violar la intimidad de una persona robándole su clave de correo electrónico para impedir que pueda consultar sus mensajes y de paso, leer lo que ha recibido.
* Publicar en foros o sitios con supervisión de moderadores, comentarios o mensajes impropios para dicho sitio a nombre de la víctima, con el propósito de que sea expulsada de dicho ámbito.
* Promover rumores sobre comportamientos reprochables, ofensivos o desleales con el propósito de provocar que personas afectadas rechacen, intimiden o ataquen a la persona elegida como víctima.
* Enviar menajes amenazantes por e-mail o SMS logrando que dicha persona se sienta vulnerable y con miedo.

En el caso de utilizar celulares, las formas son más o menos similares, con la única limitación que el acoso se realiza en un ámbito más restringido.

Se pueden enviar por medio del celular fotos trucadas, amenazas, rumores, o realizar campañas de acoso con personas que de un modo u otro están vinculadas con la víctima.
La magnitud del problema

Según un estudio realizado en el 2010 por el Ministerio de Educación del Gobierno de Chile se demostró que al menos un 9% de los alumnos admite el haber sido víctima de bullying, otro 8% señala que las agresiones han ocurrido a través de Internet. Además, más del 50% de los jóvenes que han sido testigos de las agresiones tienden a reaccionar de forma pasiva sin hacer nada para intervenir y evitar que se produzca el problema. En otros países, las cifras son aún mayores.

En el contexto de las nuevas tecnologías, lo que se sugiere es que a mayor acceso más posibilidades de que se produzca bullying.

A largo plazo, los efectos del bullying son tan dañinos, que en muchos casos, duran toda la vida y a menos que se produzca la intervención de especialistas, las víctimas sufren secuelas psicológicas y en algunos casos, físicas, que los marcan indefinidamente.

Como señala Joaquín Lavín, ministro de educación, gracias a los actuales medios tecnológicos que permiten "grabar en el celular, mandar mensajes de texto, abrir páginas web", etc., "la humillación al joven víctima de bullying se agranda. Cuando uno le pone un sobrenombre hiriente a alguien, no lo saben sólo sus compañeros de curso, sino que lo sabe el colegio completo y lo saben, a través de Internet, todos los amigos y casi la ciudad completa".
Luchar contra el acoso cibernético, una obligación moral

El bullying es un problema grave, ponerle atajo y realizar las acciones pertinentes para educar y detenerlo, no sólo es una necesidad imperiosa, sino que constituye en una obligación moral, especialmente de los adultos y pares que pueden hacer algo.

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